El zaragozano también se ha involucrado en la producción ejecutiva del filme Blackthorn.
Enrique Bunbury está grabando en Texas su nuevo disco de estudio. Será un álbum de versiones, aunque no hay confirmación oficial sobre su contenido. Fuentes cercanas al artista hablan de un compendio de clásicos populares latinoamericanos, aunque en el foro Bunbury España sus fans apuestan por revisiones de clásicos del blues y el soul. Ambos entornos conceptuales están muy presentes en los gustos del zaragozano desde siempre: a tenor de lo declarado en varios medios americanos, el álbum debería estar listo en Navidad, sin que se haya previsto una gira posterior de presentación.
Los componentes de los Santos Inocentes, la banda de Bunbury en sus dos últimas giras, aterrizaron el domingo en Estados Unidos. Al parecer, se incorpora a los convocados Daniel Forcada, ex percusionista de Jarabe de Palo, banda en la que también figuraron en su día dos miembros del clan inocente como el guitarrista Jordi Mena y el teclista Jorge Rebenaque.
El lugar elegido para la grabación es Sonic Ranch, un impresionante complejo que cuenta con cinco estudios, seis salas adicionales de grabación, equipo vintage junto a la última tecnología... y unas instalaciones fantásticas, que incluyen residencia, zonas deportivas, piscina y estancias llenas de libros, discos y litografías de artistas como Chagall o Dalí. El rancho que da nombre al estudio, con un siglo de historia, está en Tornillo (Texas), a 50 kilómetros del aeropuerto de El Paso, en la frontera con México y junto al límite estatal con New Mexico, cerca de Roswell y su alienígena Área 51. Allí han grabado los mexicanos Zoé, con quienes Bunbury hizo un tema el año pasado.
La hipótesis de las versiones latinas se apoya además en el listado de canciones que detallara Bunbury a la edición española de la revista Rolling Stone en las pasadas Navidades. Allí citaba un tema de su querido José Alfredo Jiménez, un tango de Goyeneche, El arriero de Atahualpa Yupanqui y otras selecciones de narcocorridos, vallenato, son, bolero, aires pachucas y hasta un tema del panameño Rubén Blades.
Más cine
La inquietud de Bunbury no se limita casi nunca a una actividad: ahora, tampoco. Aún está reciente la promoción del directo Gran Rex y, sobre todo, la llegada al mundo de su primogénita, Asia, que apenas cuenta con tres meses, y que ha traído nueva alegría a Enrique y su pareja, la fotógrafa Josegirl. Así, el artista aragonés ha vuelto a involucrarse en la producción ejecutiva de una película. Hace tres meses se estrenó 23-F: la película, de Chema de la Peña. El director salmantino debutó tras la cámara en 1999 con Shacky Carmine, en cuya banda sonora hay un tema de Bunbury, Nada. Ahora, Bunbury es uno de los productores de Blackthorn, de Mateo Gil, cinta protagonizada por Sam Shepard, Eduardo Noriega, Stephen Rea y Daniel Aguirre. Se trata de un western atípico sobre la figura del ladrón Butch Cassidy, oculto bajo una nueva identidad en tierras bolivianas, donde no tardará en verse en problemas.
Gil, guionista habitual de Amenábar, debutó en la dirección de largometrajes en 1999 con Nadie conoce a nadie. La película ha obtenido críticas favorables en América y se estrenó en España hace un mes, en el Festival de Las Palmas. Aún no ha llegado a las pantallas comerciales de nuestro país.
Texto | Pablo Ferrer
Fuente | Heraldo de Aragón
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