Cuando llegue el momento del retiro, a Enrique Bunbury le gustaría ser recordado como “un gran cocinero y filósofo de sombremesa”. Hoy sueña con “nadar en el Mar Rojo, viajar a Alaska, Mali o Senegal”, y confiesa que su búsqueda artística tiene el destino de la blue note que exprese la música que hace eco en su cabeza.
El cantautor reconoce vivir su mejor momento artístico y, negándose a verse como un héroe musical, platica con EL UNIVERSAL de la grabación de El Gran Rex, un trabajo en el que resucita su obra, y de varios temas sin pretensión alguna más que compartirse.
¿Le gustó el documental ´Bunbury: Porque las cosas cambian´?
Este documental es un recorrido por el trabajo realizado en los últimos 25 años. Verlo supuso para mí una montaña rusa emocional. Me enfrenté a lo que ha dado de sí el tiempo. ¿Podría haber hecho más? ¿Podría haberlo hecho mejor? Eso fue lo que se me pasó por la cabeza. ¿Habrá alguien ahí, que muestre interés por un documental de estas características? Ya sabes, cuando mostramos los álbumes de fotos de las vacaciones familiares, siempre nos queda la sensación de haber aburrido a nuestros amigos con cosas que sólo nos interesan y nos emocionan a nosotros mismos.
¿Lo que muestra el filme es la mejor cara del roquero y la persona que usted es?
No creo. De hecho tengo cara de recién levantado. El director del documental no tuvo compasión y, mi parte de entrevista, la realizó a primera hora de la mañana, después de haberme invitado a unos tragos muy extraños que había traído de un viaje que acababa de realizar a Mongolia… algo con leche de yak o de ñú, mezclado con unas setas que se utilizaban para rituales sanadores o así. Quería sacarme la verdad y sólo la verdad. Pero bueno, mi cara es la mejor que pude adquirir esa mañana.
¿Cómo se percibe Enrique Bunbury en la escena actual del rock en español?
El rock español actual está en un estado inmejorable. Hay bandas jóvenes nuevas haciendo música de gran calidad. Vetusta Morla, Love of Lesbian, Alis, Los Amigos Imaginarios, La Sonrisa de Julia, 69 Revoluciones, María Rodés, Pony Bravo, Rafael Berrio, Rulo y la Contrabanda, Standstill, Triángulo de Amor Bizarro, Tulsa,… Sólo espero que les dejemos crecer y que les otorguemos el tiempo necesario para que nos entreguen carreras sólidas y duraderas.
¿Cómo le gustaría ser recordado cuando llegue el momento de despedirse?
Me gustaría que se me recordara como gran cocinero y filósofo de sobremesa. Creo que es en esa parcela profesional donde he dado lo mejor de mí.
¿Enrique tiene temores? ¿Cuáles son?
Como nos pasa a casi todos, entre mis mayores temores figura morir sin cumplir el trabajo que vine a realizar. El tiempo pasa muy deprisa y me da la sensación de que todavía no he empezado.
¿Qué sueños lo motivan ahora?
Me encanta viajar, bucear y la música. Y, todos mis sueños tienen que ver con alguna de estas parcelas. Viajar a Malí, Senegal, Alaska… Bucear en el Mar Rojo… Hacer un disco parecido a la música que suena en mi cabeza… Esos son mis sueños recurrentes. Aunque también sueño a veces que puedo volar y me caigo al chocarme contra el ala de un avión.
¿Cuáles son las búsquedas personales y artísticas de Enrique Bunbury hoy día?
Las búsquedas de hoy siguen siendo acertar en la blue note; en la palabra exacta que defina un sentimiento particular que refleje mejor lo universal; en la interpretación sutil que convenza al oyente sensible…
¿Cree que vive su mejor momento artístico?
Creo que Las Consecuencias es uno de mis mejores álbumes, sin duda. También creo que los dos discos en los que estoy trabajando actualmente pueden ser una sorpresa, espero que grata.
Los críticos dicen que Bunbury es un héroe del rock por su exitosa carrera después de ser vocalista de una agrupación reconocida. ¿Así se concibe?
La visión que tengo del trabajo que realizo es mucho más modesta. Creo en lo artesanal del escritor de canciones. Es un trabajo parecido al ceramista o al carpintero. Necesita paciencia, tiempo y dedicación. Aspirar a más sería conocer muy poco el oficio al que he dedicado tanto tiempo de mi vida.
¿Qué le deja, artística y personalmente, lanzar un CD de un concierto en vivo?
La grabación de Gran Rex es el resultado de tres años de trabajo... por España y América... Durante este tiempo hemos perfilado nuevos arreglos a canciones del pasado inmediato y del más lejano... Subir a un escenario, para mí, no es una simple ejecución fiel del trabajo realizado en el estudio. Salir de gira supone un trabajo extra en la interpretación musical, que revitaliza, renueva y recrea las canciones, dándoles nueva vida y, en algunos casos, hasta resucitándolas.
Fuente | El Universal
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