18 febrero 2010

Las consecuencias de Bunbury, canción a canción

Lejos del Bunbury electrónico, del Bunbury de la ranchera y del tango, del artista equilibrista del cabaret y los ritmos latinos, y, por supuesto, del Bunbury rockista de Héroes del Silencio o, sin ir más lejos, de su anterior trabajo (Hellville de Luxe, 2008), el aragonés errante ha dado a luz un nuevo disco, "Las consecuencias", al margen de casi todos los palos que había tocado en sus anteriores álbumes en solitario.

Con algún aire a lo Dylan (el de Duluth encabeza la lista de preferencias del compositor zaragozano) o con reminiscencias en algunos de los temas (muy tangenciales, muy de pasada) de los Beatles de la última época, Las consecuencias conforma una colección de canciones más apropiadas para escuchar antes de irse a la cama que para incluirlas en el cartucho de CD del coche. No se parece a casi nada de lo anterior, y aunque podría equipararse con el estilo puesto en práctica en "El tiempo de las cerezas" (2006), el disco que grabó a partes iguales con Nacho Vegas, se concluye que al término de la grabación de "Hellville de Luxe" y de su exitosa macrogira en grandes recintos, Bunbury podía optar por adentrarse en el camino labrado en canciones como "Hay muy poca gente" (guitarras, percusión contundente, estribillo pegadizo, carne de radio fórmulas, en suma) o coger la senda marcada por composiciones del mismo LP, casos de "Canción cruel" o "200 huesos y un collar de calaveras", en cuya estructura y tempo, el maño fundamenta la base principal de su nuevo trabajo.

Enrique Bunbury arrancará su gira el próximo abril en Estados Unidos, y es poco probable que, a juzgar por la línea marcada por "Las Consecuencias" y su obligada promoción, elija los grandes estadios. Comparado con anteriores discos, Las consecuencias está prácticamente desnudo de producción, una percepción que sobreviene en la primera escucha y que se destierra conforme uno se familiariza con los diez temas del nuevo trabajo. Si decimos que "Frente a frente", la versión del tema interpretado por Jeanette y compuesto por Manuel Alejandro a comienzos de los 80, es lo más cercano a un medio tiempo frente al resto del LP, podemos hacernos una idea del camino tomado por Bunbury para su sexto álbum en estudio. Como colección de canciones, "Las Consecuencias" no es el mejor álbum de Enrique, pero tampoco se puede decir que sea el peor, porque se opone a casi todo lo anterior y porque nada tiene que ver con "Radical Sonora", "Pequeño" o "Flamingos". El álbum no es apto para convertirse en el favorito de las FM. Es, sencillamente, otro paso en la carrera del artista, un disco que acaba gustando y que, como él ha reconocido, constituye el final de una trilogía que se inició con "El tiempo de las cerezas" y va a dar paso, con el siguiente disco, a otros géneros musicales en los que el autor desea bucear, seguramente hacia los sonidos de Nueva Orleans, como ha declarado en alguna entrevista.

Estas son las 10 canciones que componen "Las Consecuencias":

Las consecuencias


Me refería a esta pieza cuando aludía al toque dylaniano. Un tema acústico, con escasa percusión, y violines y armónica final, que no llega ni al medio tiempo. Podría haber acompañado al resto de composiciones de El tiempo de las cerezas. La letra parece un auto de fe (Cada uno se dedica simplemente a salvar su propio pellejo, dice la letra).

Ella me dijo que no


Habla de ruptura y de arrepentimiento. Es una de las canciones más bonitas del álbum. Recuerda en algún momento a los Beatles del Abbey Road versión McCartney o al Lou Reed de Caroline says. Posiblemente, a oídos del aficionado poco exigente, el tema habría ganado con una percusión contundente, pero entonces no estaríamos hablando de este elepé.

El boxeador


Le encanta a Bunbury el personaje del boxeador. Ya lo utilizó en Flamingos, tanto en la portada como en una de sus canciones. Cuando el zaragozano habla de fracaso y de perdedores, utiliza la figura del púgil (Levántate antes de que cuente hasta diez). La melodía del estribillo tiene cierto aire de música de carretera sureña.

Frente a frente


Ya se dijo en este mismo blog que sabía a poco como single de presentación, aunque el oyente se hartará de tararearla. Bunbury canta junto a Miren Iza, la vocalista de Tulsa, y lo cierto es que el tándem le da una fuerza al tema de la que carecía en la versión original de Jeanette, que siempre me pareció una moña. En la voz de Bunbury, la composición de Manuel Alejandro parece incluso una gran canción.

21 de octubre


El de Zaragoza no había editado todavía una canción sobre malos tratos y violencia de género. Si lo había hecho, dado lo críptico de algunas de sus letras, no lo habíamos advertido hasta ahora. Para tratarse de semejante asunto, la melodía no está a la altura de la dureza de la letra (Tu mirada sucia como un vertedero, sal de su vida, sal alegría, no hagas más daño a quien todo te dio).

Lo que más te gustó de mí


Para encontrarse en plena estabilidad emocional (la actual relación sentimental de Bunbury dura ya varios años, y esto es importante porque su anterior ruptura marcó toda la composición de Flamingos), la pieza habla de la vida en pareja después de unos años, cuando tras el enamoramiento inicial, uno/a se empieza a fijar en los defectos del otro. A estas alturas del disco, el batería ya debía de haber pedido su alta en el INEM.

Los habitantes


En mi opinión, la mejor del álbum. En contra de lo que parecía en la canción anterior, el Bunbury amante, el Bunbury compañero jura amor eterno a su chica, y eso parece alegrarle. El tema es un medio tiempo con uno de esos punteos a mitad de melodía que parece que te van contando la historia. Dado que Las consecuencias está estructurado como un LP de vinilo (cara A y cara B), es con esta canción cuando se aprecia más la pretensión del artista de partir el álbum en dos.

Es hora de hablar

Es uno de esos temas en los que Enrique Bunbury se enroca y no sabes muy bien cuándo habla de él, cuándo se refiere a un amor imaginario o real, o si en realidad se está cagando en la madre de alguien. Es probable que se trate de un poco de todo esto, porque al final de la canción aparecen las guitarras y el cantante abandona la lírica por la épica.

De todo el mundo


Otra de las más bonitas del disco. Parece una declaración de independencia (Soy vagabundo, siempre de paso, de aquí y de allá, de todo el mundo, no tengo dueño, no soy tu esclavo, un poco tuyo y de todo el mundo). Los acordes de la melodía van creciendo en la escala hasta convertirse en una canción importante. La letra podría constituir un compendio de declaraciones de Bunbury ante esos críticos que tanto desprecia.

Nunca se convence del todo a nadie de nada


Quienes seguimos a Enrique Bunbury conocíamos esta pieza porque la compuso para los Niños del Brasil, que la incluyeron en Pequeño Gran Hombre, el disco de tributo al maño que sólo está disponible en internet. A medio camino entre la melancolía y la resignación, Nunca se convence… es una gran canción que, estoy seguro, tendrá un largo recorrido en los set list venideros del zaragozano.

Y vosotros que lo disfrutéis.

Texto: Jorge Fauró

Fuente: Informacion.es


2 comentarios:

De acuerdo en muchas ideas sobre el disco... y sí para mí, los habitantes también es mi preferida...

Besos desde el abismo... y felicidades por el blog, repaso los artículos y haceis un estupendo trabajo de seguimientos

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