16 febrero 2010

Enrique Bunbury "Me gusta el silencio: el mar y el desierto"

Vuelve Bunbury, y lo hace a su manera: dando otra vuelta de tuerca a su sonido, a su imagen, a su ya más que consolidada figura. Vuelve introspectivo como nunca. Y al mismo tiempo, cien por cien Bunbury.

Describa 'Las consecuencias' en pocas palabras.

Siempre es difícil hacer una descripción certera de tu trabajo cuando está recién salido del horno. Te suele faltar perspectiva y, a veces, son los demás los que te hacen ver cosas que tú no puedes apreciar. Se trata de mi álbum más íntimo y oscuro, muy alejado de 'Hellville de Luxe', que era una mirada al rock & roll más vitalista.

¿Cree que decepcionará a parte de sus fans?

No lo creo. Supongo que los que me siguen desde hace tiempo entenderán muchas de las claves del disco. Sé que no es un álbum para todos los públicos, pero eso no implica que piense que vaya a decepcionar; más bien, creo que puede haber parte de mi público que no se muestre muy interesado en asomarse al abismo, pero otros descubrirán uno de mis proyectos más sentidos y personales.

¿Está sufriendo las consecuencias de algo?

A toda acción le sigue una reacción. No creo demasiado en las casualidades, y sí en las causalidades. Creo que hasta la mayor de las desgracias te ayuda a comprenderte mejor. Por eso creo que el momento musical y profesional en el que me encuentro es consecuencia de todo lo que me ha ido ocurriendo, para bien y para mal, en los últimos veintitantos años.

Más allá de la estrella del rock, ¿cómo es Enrique Bunbury fuera del escenario?

Tranquilo, quizá demasiado. Me gusta el silencio: el mar y el desierto.

¿Cree que aquella polémica sobre el supuesto plagio perjudicó a su imagen?

Afortunadamente, tuve el apoyo de mis compañeros de profesión, de parte de la prensa y del público. El tiempo, creo, ha inclinado la balanza del lado de todas las canciones que he escrito desde el 86 hasta ahora, que ya van siendo unas cuantas.

¿Dónde se sitúa en la polémica SGAE vs. internautas?

No creo que haya que elegir entre el blanco y el negro. Encuentro infinidad de matices entre ambas posturas. El tema a debatir es la crisis de la industria y la necesidad de que miles de trabajadores no pierdan sus empleos ni necesiten de mamá Estado para crear. El tema no es el canon que exige la SGAE en bodas y banquetes, que es injustificable, ni la copia del último disco que te gustó y le grabas a tu primo. Hay lugares de entendimiento en los que se pueden respetar los derechos de los usuarios y los del autor por igual. Y hay responsables a los que debemos señalar con el dedo. Hablo de las compañías telefónicas, que se deben de estar descojonando a costa del canon, de los internautas y de Fuenteovejuna.

¿Volveremos a ver a Héroes juntos sobre un escenario?

No lo creo. No veo la necesidad, ni pienso que el resto de la banda esté por la labor de hacerlo.

Fuente: 20minutos.es


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