03 septiembre 2009

Pereza "Aviones". Lo más rock and roll de por aquí...


Difícil. Muy difícil el objetivo de Miguel y Rubén en este disco. Desde que se lanzó Aproximaciones, Pereza han hecho más de 100 conciertos (el último en la sala Razzmatazz de Barcelona el diciembre pasado), han viajado a Argentina (experiencia de la que han sacado un CD + DVD - Baires - )y además han sido capaces de dar forma al disco que nos ocupa. Un álbum nada sencillo. Largo. 17 canciones. ¿Época de gloriosa inspiración? Quizás. Pero una vez escuchado e interiorizado no emociona (en conjunto, sí por separado) de la misma manera que otros trabajos suyos. ¿Malo? No. Ellos sólo se han propuesto hacer (o intentarlo, al menos) canciones buenas (y bonitas). Y lo han conseguido.

Ver a Pereza tocando delante de 18.000 personas en Las Ventas en junio de 2008 fue una recompensa emocionante. Para ellos y para quienes les descubrimos hace ya unos cuantos años en Siroco o en Costello. Nadie lo niega. Pero, con todo, Aproximaciones; notablemente elegante, distinguido y sincero, no era un disco para presentar en plazas de toros, en campos de fútbol o en los pabellones de las grandes ciudades, sino en salas acondicionadas para las exquisiteces del dúo. Aviones, lejos de ser un cambio radical, es la continuación lógica, llevada hasta el extremo y hasta cierto punto, un poco previsible, del paso adelante que supuso en su carrera Aproximaciones.

El disco se abre con Winsor, metáfora romántica de la filosofía de los de Alameda de Osuna. Hacen su particular (y enésima) oda a su adorado Madrid en Lady Madrid (valga la redundancia). Y les sale uno de los mejores temas del largo con un estribillo memorable. Que parezca un accidente (homenaje a Siniestro Total en el título incluido), que bien podría estar incluida en trabajos anteriores y no desentonar. O Backstage, que más bien aporta poco a su manera ya conocida de hacer canciones.

Pero cuando consiguen de verdad sobresalir es cuando se van hacia el extremo. Amelie tiene una irresistible sensibilidad especial. Es el tema más “bonito” del disco. Eso sí. Que no me maten los fans de Calamaro. Pero ¿era necesaria su participación en “esta canción”? Precisamente es esa candidez que ha adquirido la voz de Leyva la que da forma y dota de sensibilidad una canción inmensa que gana más sin la dureza de la voz del argentino al lado. Y vaya por delante que de un genio como Calamaro no voy a descubrir yo nada a estas alturas.

Rubén puede sentirse orgulloso de poner su voz en 4 y 26. O Champagne, el ejemplo perfecto del punto en el que se encuentran sus autores. La letra, explícita hasta decir basta retoma el espíritu fresco y deshinibido de su Animales y la música se amolda a sus nuevos gustos folk de melómanos con miles de discos en sus estanterías.



Por momentos, da la sensación de que algo ha hecho click en el cerebro del dúo. No es un álbum demasiado optimista. Es nocturno, pero no eufórico. Triste. En la linea de Damien Rice (salvando las distancias). Un disco de bajón, para escuchar de madrugada. Y precisamente por eso, contiene perlas como La chica del Tirso, de inicio inolvidable o El día que no pueda más, con piano y cuerdas perfectamente empastadas. Y Leyva cantando a corazón abierto. Sin excesos. O Llévame al baile, perfecto fin del disco. Mano a mano emocionante entre los dos y, con la mencionada anteriormente, los mejores temas de Aviones.

Rubén y Leyva se esfuerzán por huir de la obviedad y las canciones inmediatas, sin perder por ello algunas de sus clásicas señas de identidad. Se les ve voluntad de hacer buenas canciones. Y de veras que, por lo menos hasta en siete u ocho ocasiones en este disco lo consiguen. Son dos de los músicos más sensibles y sobresalientes de su generación. Por su actitud, su sinceridad y por poder decir que han escrito ya un puñado (tampoco demasiado grande) de canciones que pasarán a la memoria colectiva de la música de este país. Este disco es un paso más. De hecho tiene alguna de las mejores canciones de su carrera. Pero es demasiado largo, extenso y denso como para mantener el nivel en las 17 canciones.

RESEÑA DE KIKE DEL TORO, RESPONSABLE DE MÚSICA EN MIL DIRECCIONES

FOTOS: www.pereza.info


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