Según el DRAE, espectáculo es la “función o diversión pública celebrada en un teatro, en un circo o en cualquier otro edificio o lugar en que se congrega la gente para presenciarla”. Ayer, ese lugar fue el Multiusos ‘Sánchez Paraíso’, y esa función, la que ofreció Enrique Bunbury. El respetable salió satisfecho por haber recibido una nueva lección musical del aragonés errante, pero, sobre todo, por la sensación de haber presenciado un auténtico espectáculo.
El show de Bunbury sirvió para presentar su nuevo disco Hellville de Luxe, que en directo oscila entre el rock más contundente y la sutileza de sus piezas más íntimas. Pero también para reivindicar todas las etapas y matices de su carrera en solitario: hubo rocanrol, pero igualmente circo, cabaret y mestizaje. Bunbury tiene muchas acepciones y él es consciente de su propia riqueza, y lo aprovecha.
Espectáculo también tiene más de una acepción: “Cosa que se ofrece a la vista o la contemplación intelectual y es capaz de atraer la atención y mover el ánimo infundiéndole deleite, asombro, dolor u otros afectos”. Sí, ayer hubo un espectáculo en Salamanca. El público lo vio y lo contempló; experimentó deleite, por el dinamismo del concierto; asombro, por la renovada apuesta escénica del zaragozano; y dolor, por los nuevos arreglos de algunos clásicos de su repertorio (El extranjero), si bien otros mejoran (Desmejorado). Y es que espectáculo también es, como termina diciendo el DRAE, la “acción que causa escándalo o gran extrañeza”. Así va el ex Héroe del silencio: con la firme intención de caldear el ambiente y armar un buen escándalo. Por cierto, Bunbury, muy comunicativo, brindó por Unamuno.
Lugar: Multiusos ‘Sánchez Paraíso’
Hora de inicio: 22:00
Asistencia: aproximadamente 4.000 personas
Fuente: La Voz de Salamanca
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