Enrique Bunbury es dueño de una personalidad oscilante, que refleja en su obra, en sus declaraciones. Abraza el intimismo, cuando su década de los 40 ya comenzó a rodar, y luego de años de furia al frente de los Héroes del Silencio, la banda que lo colocó como referente de la música –el rock específicamente– española. Las consecuencias, el título de su sexto álbum solista, da cuenta de eso.
—¿Por qué buscaste hacer un trabajo así?
—Empecé a grabar el álbum casi inmediatamente después de terminar las sesiones de Hellville de luxe. La idea era indagar en el lado oscuro de Hellville... Mientras éste era un disco de rock vitalista mirando las raíces de la música norteamericana, con Las consecuencias la idea era hacer un disco más oscuro, con la acústica necesaria para que los músicos podamos concentrarnos en interpretaciones con profundidad.
—¿Cómo sos negociando con los sellos?
—Es imprescindible el respeto mutuo. Mi carrera ha sido compleja. He realizado proyectos minoritarios y otros que tuvieron un gran éxito; pero siempre he respetado que la naturaleza de los mismos debía ser la que limitara o aumentara el presupuesto destinado.
—¿Cuánto se ha ganado y en qué has perdido al dejar descansar a los Héroes?
—Son ya casi quince años desde que tomamos la decisión de seguir cada uno nuestro camino vital, y no pienso en ese tema. Supongo que el legado de HdS ha sido importante. Muchos recuerdan sus grabaciones con cariño y eso me enorgullece. Algunos de esos discos creo que serían muy mejorables. Ya sabes, mirando hacia atrás sin ira, pero con autocrítica.
—Hace poco grabaste un tema con Loquillo y Calamaro. ¿Cómo es tu relación actual con Andrés?
—Hace un par de semanas grabé mi colaboración para el nuevo álbum de Andrés, en un par de temas. Creo que hay un material que dará mucho que hablar. Andrés es un grande de la música en nuestro idioma, y es un honor ser coetáneo de un gran creador.
—¿Cuál es tu mirada actual sobre los excesos en el rock?
—Los años te enseñan a que el cuerpo tiene, desgraciadamente, sus límites. Quienes los forzamos lo corroboramos.
—Aquí, varias figuras han “resucitado” de períodos oscuros, incluido el mismo Calamaro. ¿Qué creés sobre esto?
—La resurrección es siempre posible, aunque las secuelas sean importantes. Yo era muy listo de pequeño.
Fuente: Diario Perfil
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