Usted tiene una larga relación con Zaragoza y la música zaragozana, pero su presencia en los estudios Sonic Ranch de Tornillo (Texas) para grabar percusión en Licenciado Cantinas, el nuevo disco de Bunbury, viene por otra vía...
Es verdad, lo del disco de Enrique surge por la presencia en su banda de Jordi Mena y Rebenaque: nos conocemos bien, tocamos juntos en Jarabe de Palo y hablaron bien de mí. Seguro que hubo un poco de todo (risas) pero al final salió, y la verdad es que ha sido una gozada, una gran experiencia. Lo mismo que compartir estudio con Ramón Gacías, al que conozco desde hace mucho.
¿Cómo discurrió la grabación? El lugar parecía un auténtico paraíso musical, tanto por las instalaciones como por el bagaje histórico del estudio...
Definitivamente, las instalaciones son impresionantes. El rancho tiene cinco estudios separados: tres de ellos son de grabación directa, otro está enfocado a las mezclas y el otro es de masterización. La estancia fue muy agradable, aunque allá hace un calorazo tremendo. Como cosa curiosa, Sonic Ranch se dedica también a la producción industrial de nueces: tienen nogales por todos lados.
El disco es una oda a la tradición latina, pero conociendo a Bunbury, no habrá nada de típico ni tópico en el sonido final...
Es un asunto de tradición en cuanto al origen de las canciones, tradición latina, pero el tratamiento es complejo de calificar. Digamos que los arreglos se adaptan a los gustos de Enrique y a la potencialidad de su banda: es un asunto muy natural, por cierto. Y los temas no suenan exactamente latinos: hay toques, pero se les ha dado la vuelta. De hecho, el trabajo ha sido básicamente eso: ensayar nuevos arreglos. Cuando se lograba la sonoridad que gustaba, a grabar. No he oído las mezclas finales, pero la impresión que me dejó es excelente.
El disco sale a final de año. ¿Se va a quedar Quino Béjar en la estructura de Los Santos Inocentes para los directos del 2012?
Hay posibilidades: ojalá. Cuando se concrete todo será hora de contarlo. Me gustaría, es un proyecto muy atractivo.
¿Dónde arranca su relación con la escena musical zaragozana?
Ya hace tiempo de eso. Toqué con Gatos Locos, allí estaba Santi Del Campo de Especialistas, que cantaba y tocaba el saxo. Siempre pasaba a buscarlo por Zaragoza para irnos de bolos, y ahí empezó todo: cada vez venía más y conocía más gente. De hecho, la madre de mi hija es de Zaragoza. Luego toqué con Especialistas... ahora no mantengo demasiado contacto, la verdad. Tengo ganas de ver la nueva etapa de Enfermos, ahí siguen Gonzalo de la Figuera y Santi, sé que sacaron disco y que han hecho varios bolos últimamente. A ver si los pillo en el próximo...
Texto | Pablo Ferrer
Fuente | Heraldo de Soria
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