26 marzo 2009

CRÓNICAS | Enrique Bunbury sonó fuerte en San Luis

Silvia Olvera González


San Luis Potosí, San Luis Potosí.- Espléndido y muy nutrido fue el concierto que ofreció en el teatro de la ciudad del Parque Tangamanga el español Enrique Bunbury, con un lleno total, el ex Héroe del Silencio, cautivó y conmovió con sus interpretaciones a una generación de jóvenes admiradores que han seguido muy de cerca su trayectoria, ahora como solista.

Los más recientes éxitos saltaron a escena para ser coreados por centenares de rockeros que sin duda saben de la calidad del artista, desde luego Enrique no dejó pasar la oportunidad de agradecer desde el principio la asistencia de todos y permitirles compartir con él una velada mágica.

Así trascurrieron más de dos horas de música, anécdotas y buena vibra que puso al respetable potosino eufórico y muy participativo en cada una de las interpretaciones del Bunbury, la felicitación para el Contador Andrés Amparán quien se ha preocupado y ocupado en ofrecer a los potosinos espectáculos de gran calidad.

Enrique Bunbury, cuyo nombre verdadero es Enrique Ortiz de Landázuri Izardui, nació el 11 de agosto de 1968. A los 12 años se compró su primera guitarra eléctrica y comenzó a tocar en 1980 en un grupo llamado "Apocalipsis". Posteriormente militó en la banda "Rebel Waltz", en la que tocaba la batería y ponía la voz.

Desde 1984 formó parte de varios grupos más, como "Proceso Entrópico", "La Censura de los Cuentos" o "Tres Años de Pena".

A pesar de esta dilatada carrera y el baile de grupos, la fama de Enrique Bunbury no sería del todo reconocida hasta que en 1987 se forman los Hérones del Silencio, junto a Juan Valdivia.

Su inconformismo y su insaciable afán de búsqueda, le llevaron a emprender largos viajes (independientes a los obligados por sus giras con la banda), a través de su idolatrado planeta. Así, entusiasmado por sus lecturas orientalistas, visita un par de veces la India y otras tantas Nepal. Más tarde y a través de Castaneda descubre el México profundo y la América chamánica, viajando a Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Yucatán, Guatemala y Belice. Tampoco Cuba se le resiste, esta vez guiado por la magia santera.

Su último gran descubrimiento (que plasma de forma sonora en su último álbum) es el mundo árabe, el oriente más próximo. Durante el último año pisa cuatro veces suelo marroquí, viaja a Túnez y recuerda su paso por Jordania.

Músico autodidacta, en todos estos viajes va adquiriendo instrumentos autóctonos. En Benarés aprende a tocar el sitar, en Marrakech la sgira bereber y en Cuba los bongos.

En 1992 Enrique Bunbury produce el CD "Sueños En Blanco y Negro" del grupo zaragozano Las Novias. En 1993 colabora en los coros del CD "El Cielo Lo Sabe" de Distrito 14. En 1994 crea el sello independiente "A La Inversa Records". Esta compañía discográfica editó los discos: "Todo/Nada Sigue Igual" del grupo zaragozano Las Novias (copropietarios del sello) y el disco recopilatorio "Zaragoza Vive" con 22 bandas zaragozanas.

En 1996 edita, dirige y escribe en la revista monográfica independiente "Avalancha Magazine" y colabora en un par de libros sobre Héroes del Silencio.

Después de la ruptura de Héroes del Silencio, Enrique Bunbury empezó su carrera como solista, editando "Radical Sonora", en 1997. Dos años después publicó "Pequeño" y en el 2000 "Pequeño Cabaret Ambulante".

En el 2002 publica un nuevo trabajo, titulado "Flamingos", que recobra el gusto por las guitarras, estrena giros a lo Bowie en el primer single, "Lady Blue", y ahonda en la electrónica, los sonidos latinoamericanos, el rock and roll, el jazz, el honky tonk o los ritmos de Nueva Orleans. Un álbum variado y redondo de un artista víctima de una arrolladora inquietud musical.

En 2008, Enrique Bunbury publica "Hellville de Luxe", el nombre de la casa-estudio que el cantante zaragozano tiene en el Puerto de Santa María, ha servido para bautizar este trabajo discográfico, tras cuatro años sin publicar material nuevo en solitario. Producido por Phil Manzanera, el disco ha sido grabado en Gerona y masterizado en Nueva York, y supone la vuelta de Bunbury al sonido rock que lo convirtió en estrella.
Fuente: El Sol de San Luis


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