Enrique Bunbury hace de su música un verdadero arte. Cada disco es una nueva oportunidad para conocerlo, para que nos muestre más de lo que es y de cómo va evolucionado en el plano profesional y personal.
Sus reinvenciones no se dictan por modas ni intereses comerciales de la industria musical.Su música es producto de una necesidad personal de no recorrer caminos ya andados, de no mirar hacia atrás, (para bien o para mal, porque no hay camino, se hace al andar), de no seguir fórmulas porque para él, lo que algunos considerarían éxito nada tiene que ver con crear.
Lo suyo es innovar, hacer las cosas a su manera, no por capricho ni vanidad. Porque le nacen y punto. Porque hay verdaderos motivos, razones y vivencias detrás.
“Licenciado Cantinas” es su séptimo álbum de estudio es el primero que hace de versiones en su carrera. Y si en “El viaje a ninguna parte” (2004) se fue a la raíz de la música latinoamericana, en éste llega al corazón de las Américas.
Nos lleva al interior de las cantinas tras sus puertas abatibles, esos lugares donde dice, aprendió mucho y se castigó mucho.Nos da un recorrido por todos los ritmos y géneros del cancionero panamericano.
Bunbury lo define como un disco muy personal, necesario e importante.
Eso lo explica a detalle en el documental “Las venas abiertas del Licenciado Cantinas”, dividido en cuatro actos –al igual que el disco-: “El artesano”, “Los colores”, “Los Santos Inocentes” y “Una nueva temporada”, donde narra la gestación de este disco.
“Este nuevo camino que está apareciendo desde el ‘Licenciado Cantinas’, es la recuperación, de nuevo, sin ningún tipo de prejuicios a la música latina, a lo que significo hoy como músico”, dice Bunbury en “El artesano”.
El disco tiene 15 temas, entre ellos “El mar, el cielo y tú” del cantautor mexicano Agustín Lara, que es el que abre y “El día de mi suerte”, de los puertorriqueños Héctor Lavoe y Willie Colón.
El primer sencillo “Ódiame” lo dio a conocer el 10 de noviembre. Y por el resto debemos esperar hasta el lanzamiento del disco el 13 de diciembre.
En tanto, Enrique Bunbury se encuentra de gira por EEUU junto a la banda mexicana Zoé. El 27 de noviembre llega a Chicago.
Enrique no es de los artistas que gustan de hacer entrevistas telefónicas. Lo mejor es hablar con él frente a frente, algo que resultaba imposible por la distancia en este caso. Finalmente se pudo concretar por correo electrónico.
Le pregunté sobre el disco, de la reunión que quieren hacer sus compañeros del grupo “Héroes del Silencio” y de lo que significa para él ser padre. Su primogénita Asia, nació en febrero pasado.
Has mencionado que ‘Licenciado Cantinas’ es tu disco más personal, más conceptual. Cada disco tuyo me parece así. Pero este se antoja más cinematográfico, elaborado, artístico. Y es un verdadero trabajo de equipo con tu banda, Los Santos Inocentes. ¿Con qué óptica lo aprecias?
Sé que hay muchos fans que esperaban mi nuevo disco con canciones propias. Aunque éste está ya prácticamente terminado, he dejado que Licenciado Cantinas se colara y apareciera en las tiendas antes, por pura necesidad. Es un disco importante. Puedo asegurar que cualquiera que lo escuche puede escucharme en cada uno de los surcos. La involucración en su gestación, por mi parte, ha sido total. Se ha convertido en uno de mis discos más personales, junto con Las Consecuencias (2010), El Viaje a Ninguna Parte (2004) y Pequeño (1999).
Esta ‘cantina’ es muy panamericana: con Dave Hidalgo, Flaco Jiménez, Eliades Ochoa, le agregan ese toque especial. Y este disco, a pesar de ser el primero sin composiciones de tu puño letra, lo has logrado hacer muy Panabunburiano. ¿Cómo se dio este cóctel?
No quería que las colaboraciones fueran meramente estratégicas. Actualmente vemos como en algunos discos colaboran artistas con los que no funciona la química artística. Yo quería que su aportación al disco, engrandeciera el contenido. No me importaba que los nombres de los colaboradores fueran colosales exclusivamente para los conocedores. Si ustedes se adentran en la discografía de Dave Hidalgo, Flaco Jiménez, Elíades Ochoa y Charlie Musslewhite descubrirán porqué me rendí a sus pies. Son grandes músicos cuyo camino ha sido fundamental para mi aprendizaje y, llamarles, ha sido una muestra de respeto por mi parte. Estoy muy agradecido y, contar con ellos, ha sido para mí uno de los momentos más importantes en mi carrera.
Los ‘teasers’ en Facebook funcionan de maravilla. Cómo ha sido la filmación de “Licenciado Cantinas, The Movie”, proyecto con Alexis Morante?
Alexis es un genio. Sabe interpretar y buscar paralelismos y símbolos, y no andar en linea obvia y recta, creando sinuosos caminos para los video-clips que realiza para mis canciones. A parte de un gran amigo y ciudadano del mundo. En cuanto a la filmación de Licenciado Cantinas, The Movie, sólo decirte que es el proyecto más ambicioso en el que he participado. No quiero desvelar nada, porque el misterio y los pequeños detalles del film son parte de su sustancia.
En las cantinas se celebra, se llora al amor perdido, se charla con amigos. La cantina es un lugar de encuentro social. ¿Consideras que Licenciado Cantinas tiene todos esos elementos? Efectivamente, esa es la trayectoria que sigue el Licenciado… Del amor y la euforia, pasa al abandono y la desesperación. De ahí: a la entrega total y a la perdición. Y de lo más profundo del pozo de los dolores: a la muerte y la redención.
Y tú tienes: ¿Licenciatura, maestría o doctorado en cantinas? Mira que es una carrera que hay que estudiar a fondo… (la pregunta es chusca, por supuesto)
Creo que tengo todos los grados, matrículas y honores que se pueden conseguir en vida. El postgrado, ya hubiera dependido de una mítica muerte a la puerta del Tenampa.
Cuando estuviste en Chicago en 2010, me comentaste que aún no habías hecho tu “gran disco mexicano. En este disco se encuentra de todo. ¿Como decidiste ‘esta canción va’, y cuáles te hubiese gustado incluir?
Finalmente, después de años de selección, apasionamiento y búsqueda global, concreté en unas sesenta canciones, que provenían de diferentes rincones de la América Latina. Cuando me dispuse a reducir y cercar el cerco, imaginé una historia contada a través de los textos. Y fue ese hilo narrativo, el que decidió en última instancia qué canciones se quedaban definitivamente para contar cada una de las secuencias de la historia del Licenciado Cantinas.
Entonces, ¿aún queda pendiente ese gran disco ‘mexicano’?
Creo que, se puede decir, que Licenciado Cantinas es mi gran disco panamericano, en el que mi mexicanismo se da de la mano con el resto del continente, y forma todo uno, acabando de un plumazo con todas las fronteras, límites, banderas y razas que lo conforman.
De Héroes se acaba de anunciar el lanzamiento de un disco en directo ‘Live in Germany’, grabado en 1993. Tus compañeros han manifestado sus ganas de volver hacer algo juntos. ¿Volverías a hacer algún disco con ellos, como Héroes o prefieres seguir tu camino?
Es cierto todo lo que han dicho mis compañeros: No he tenido nada que ver con el lanzamiento del disco en directo del 93, ni me han llamado para juntarnos. Veo totalmente lícito que monten un grupo y saquen adelante sus proyectos. Yo lo he hecho y seguiré haciéndolo.
Ser padres nos hace ver el mundo con otros ojos, eso en definitiva. Queremos ‘Deshacer el Mundo’ para crear uno nuevo. En tu caso, ¿la paternidad ha cambiado tu apuesta por el rock y por la vida en general y de qué manera?
Desde luego. Supongo que todos queremos cambiar el mundo cuando somos jóvenes y adolescentes, y que, conforme nos hacemos adultos, vamos conformándonos o resignándonos. En mi caso, justo cuando se asomaba por la puerta la resignación o el abandono, nació mi hija, que me ha dado el impulso definitivo para continuar creyendo en que, un mundo mejor, no sólo es posible, sino necesario.
Enrique Bunbury y Zóe en concierto
Cuándo: 27 de noviembre, 8 p.m.
Dónde: Aragon Ballroom, 1106 W. Lawrence Ave.
Admisión: $55.56 (ya con cargos de Ticketmaster)
Porque las cosas...
